lunes, 6 de febrero de 2012

NUESTRA HUELLA IMBORABLE

NUESTRA HUELLA IMBORABLE
esto lo lei en un periodico y crei interesante que lo pudierais leer aqui y por eso lo expongo:
El reguero de datos privados que dejamos al usar aparatos digitales, internet y redes sociales cuenta ya más de nosotros que nuestra memoria.
La información personal se ha convertido en la materia prima del siglo XXI, por la que pujan las grandes entidades de la red.
La Comisión Europea quiere poner orden, pero la tecnología corre más que la norma.
Nuestra huella digital es imborrable.

ESTE RELATO PERTENECE A JUAN FERNANDEZ:
Como el niño que se sumerge en su nuevo juguete sin ponderar los riesgos que entraña su uso, los ciudadanos hemos adaptado nuestra vida a los entornos digitales sin reparar en el torrente de información personal que vamos dejando al interactuar con los soportes electrónicos,
navegar por internet o participar en las redes sociales.
Borramos mensajes de nuestra cuenta de correo electrónico pensando que así desaparecen, pero su contenido se conserva en nuestro ordenador y enla empresa que ofrece el servicio del correo, como comprobaron recientemente Iñaki Urdangarín y sus socios al ver publicados en la prensa los e-mails que ellos creían eliminados.
Formateamos la tarjeta de la cámara creyendo que así borramos las fotos, pero estas continúan ahí, para desgracia de los autores del incendio de Horta de Sant Joan en el que murieron cinco bomberos, detenidos después de que los Mossos recuperaran de sus cámaras digitales las instantáneas que se habían tomado junto a las llamas,
y que ellos habían intentado borrar inútilmente.
Usamos el móvil como un almacén portátil de nuestra intimidad, ignorando que cualquier informático con conocimientos básicos puede acceder a él fácilmente y robar nuestros datos personales,
como le ocurrió a la actriz Scarlett Johansson, obligada a compartir con todo el planeta el autorretrato que se hizo en la ducha, y que un hacker difundió tras piratear su teléfono.
Subimos fotos a nuestros perfiles enlas redes sociales y luego, arrepentidos, las quitamos,
creyendo que así han desaparecido, pero los buscadores que se dedican a registrar todo lo que aparece en internet ya las han copiado, pudiendo así ser recuperables.
Entramos en la red pensando que nadie nos ve, pero nuestra navegación deja un rastro imborrable, como pudo comprobar el internauta que acosó a la presentadora Eva Hache a través de su cuenta de Twitter:
el perfil falso bajo el que creía camuflado no le sirvió de nada.


Delatores de infidelidades:
Nuestro historial digital ya cuenta más acerca de nosotros que nuestra propia memoria.
En el 80% de los procesos de divorcio que se tramitan en Estados Unidos se usa información obtenida de redes sociales y chats privados, infalibles delatores de infidelidades.
El estudiante austríaco Max Schrems solicitó recientemente a Facebook todos los datos que tenían sobre él y la compañía le envió un cede con 1.200 páginas donde no solo aparecía lo que él mostraba en su perfil, sino también sus conversaciones privadas,
notas que había eliminado, referencias sobre sus gustos, sus intereses y hasta sus opiniones religiosas.
No exagera Stefan Gross-Selbeck, el presidente de la red social para profesionales Xing, cuando afirma que «los datos personales son el petróleo del siglo XXI».
La Comisión Europea pretende poner orden en este océano de datos privados que navegan por la red o duermen peligrosamente en todo tipo de soportes digitales, pero los expertos en informática e internet dudan de la eficacia de esta directiva comunitaria.
La tecnología corre más que la norma.

LOS PIROMANOS:
los que causaron un fuego en el que murieron 5 bomberos.
Se hicieron fotos con las llamas al fondo.
luego las borraron, pero los Mossos las encontraron en un recoveco digital.

1 comentario:

  1. Si pensamos unos cuantos minutos en todo lo que ocurre o puede ocurrir, sera mejor que tápate y vayámonos que se hace tarde

    Saludos

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