viernes, 25 de mayo de 2012

En defensa de Esperanza

En defensa de Esperanza
Todos sabemos que la presidenta de Madrid estima los catalanes entre poco y nada.
Nosotros le tenemos un respeto similar.
Y eso que, si lo analizáramos bien, Esperanza Aguirre debería tener dedicados calles y plazas e incluso alguna avenida en pueblos y ciudades de Cataluña, como muestra de reconocimiento a su contribución a la causa independentista.
No estoy bromeando. La señora lideresa fue probablemente el primer cargo político español de la era moderna que admitió abiertamente que los catalanes no somos españoles.
recuerdo cuando lamentó que Endesa corría el peligro de irse fuera del territorio nacional
¿para que la quería comprar la catalana Gas Natural?
Qué alegría, sentir la condesa de Murillo.
Curiosamente, me parece recordar que la mayoría de prohombres catalanes se ofendieron en vez de celebrar este reconocimiento soberanista.

Ahora volvemos a tener Doña Esperanza en el ojo del huracán.
Total, porque ha hecho una reflexión absolutamente sincera desde punto de vista español.
No lo ha dicho paso así, pero se le ha entendido perfectamente: no comprende qué hacen dos equipos extranjeros jugando la copa de España.
No vayáis errados los que pensáis que todo ello ha sido una maniobra de distracción para que no se hable del déficit madrileño o del escándalo de Bankia.
Una jugada política comprensible. En Cataluña, sin ir más lejos, no me quiero ni imaginar el ambiente si estos últimos cuatro años el Barça no nos hubiera anestesiado con su marcha triunfal.
No sólo lo hemos de reconocer sino que hemos de suplicar que hoy los chicos de Guardiola nos injecten otra dosis, por favor.

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